martes, 28 de agosto de 2012

Capítulo I. EL CURRICULUM Y LA IDEOLOGÍA


Capítulo I. EL CURRICULUM Y LA IDEOLOGÍA

Para Torres (1998), los sistemas educativas se justifican en líneas de argumentación opuestas: 1) Las que defienden que la educación corrige las disfunciones de las que se resiente el modelo socioeconómico y cultural vigente y que buscan una alteración de las relaciones vigentes y 2) Las que sostienen que las instituciones educativas pueden ejercer un papel decisivo en las transformaciones de los modelos de la sociedad.
Para el autor, los sistemas educativos guardan estrecha relación con otras esferas de la sociedad, por lo que es necesario contemplar más allá de las aulas, lo referente a políticas educativas y currículo, por lo cual los proyectos curriculares no soncuestiones técnicas y neutrales, al margen de las ideologías y de otras dimensiones, tales como la económica, cultural y política. La función de la ideología en la sociedad humana se concentra  en la constitución de formas  bajo las cuales las personas construyen su realidad, sus deseos y aspiraciones.
De acuerdo con Therborn citado por Torres (1998), las ideologías  relacionan a los individuos conlas siguientes tres dimensiones:
1.    Lo que existe, y lo que no existe
2.    Lo que es bueno, correcto, justo, agradable y sus contrarios
3.    Lo que es posible e imposible
Lo anterior provoca diversas modalidades de discurso dentro de la sociedad a favor de la defensa del orden establecido:
1.    Resaltando los rasgos que refuerzan los intereses de la clase dominante, o negando lo existente
2.    Disfrazando la realidad “negativa”
3.    Defendiendo la imposibilidad de actuar en forma diferente, o de modificar la realidad problemática,  cuando los hechos son imposibles de ocultar
La ideología dota a las personas  de sentido de pertenencia e identidad, les hace conscientes de las posibilidades y limitaciones de sus actos, lo que permite estructuras compartidas de interpretación y significación (Kemmis, 1988).
Gramsci (1981) citado por Torres (utiliza el concepto de hegemonía ideológica  y considera que la ideología dominante en una situación histórica y social llega a organizar  los significados del “sentido común”. Es así como la dominación  de una clase sobre otra es más eficaz  a través de un proceso de hegemonía ideológica, con el apoyo del Estado.Las contraindicaciones  capaces de poner en cuestión ese sentido común surgen en la medida en que las relaciones sociales que se establecen en las familias, en las instituciones escolares, asociaciones locales, etc.
El autor afirma que las ideologías no son estáticas ni permanentes y funcionan un tanto “desordenadamente”. Una ideología hegemónica en un determinado momento histórico, gradualmente va a ser reformulada o sustituida mediante la confrontación entre otras tradiciones intelectuales diferentes y las fuerzas sociales ascendentes. Por lo tanto, cada una sufre transformaciones en algún grado, en la medida que coexistan, compitan y se enfrenten, llegando a superponerse e influirse unas a otras, sobretodo en las sociedades abiertas y complejas.
Torres (1998, p. 21) indica:  “La ideologías se construyen, funcionan y se transmiten en situaciones sociales concretas, circunscritas  en espacios ecológicos y tiempos específicos, mediante prácticas y medios de trabajo y de comunicación determinados.”     
Para el autor, la institución escolar es uno de los escenarios, considerado como  Aparato Ideológico del Estado, al desempeñar la función dominante de las clases sociales en el poder.
Comentario:
Ante la realidad  de las instituciones educativas  como transmisoras  no sólo de conocimientos y de valores, sino también como medios que legitiman la distribución existente del poder económico y cultural predominante es imprescindible  entender las condiciones en que operan esas fuerzas en la  educación así como las posibilidades de alterar esas condiciones. En aras de construir un futuro mejor para todos los sectores de la sociedad y no solo para la clase dominante es necesario entender los efectos sociales de la educación y cómo organizar un currículo de manera  que las instituciones educativas pueden ejercer un papel decisivo en las transformaciones de los modelos de la sociedad y no que actúen en función del modelo socioeconómico y cultural vigente. Ante esta situación cabe la pregunta: ¿En el caso de nuestro país. qué papel juega el curriculum oculto de una institución educativa como transformador de modelos de  sociedad o cómo difusor del modelo socioeconómico y cultural vigente?



Referencias
Torres, J. (1998). El curriculum oculto.
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